CONDUCCIÓN DE AGUA A LAGUNA
AÑO 1853
El 20 de octubre de 1852, se formalizó ante el notario residente en Laguna de Cameros, José Herreros de Tejada, una escritura de compromiso (1) entre el ayuntamiento de la villa y el maestro de albañilería y carpintería Antonio Hormaechea, vecino de San Román, por la que este último se comprometía a llevar a efecto la que seguramente sería la primera conducción de aguas al municipio.
El proyecto consistía en "...la traída de todas las aguas que bajan de la Venta de Codes, de esta jurisdicción, tomándolas de debajo de dicha venta...". De aquí continuaría hasta "...el arroyo que baja de la Venta Caída, recibiendo las de éste y demás que sean posibles en su tránsito..." y de este punto a salir por el "...prado de Los Llanos al Collado que cruza el camino de Torrecilla...". Es decir bajando por el barranco de La Taina, entrando en los Llanos, para salir por el camino que va a Las Minas en el extremo noreste del prado. Se calculaba este trayecto en aproximadamente 5.500 varas (unos 4,5 km) de longitud.
En dicha escritura se establecían una serie de condiciones que ambas partes deberían cumplir:
- El "Antonio", como se le refiere en dicha escritura, se obligaba a abrir desde los diferentes puntos de captación de las aguas, una zanja hasta el citado Collado de Las Minas, de 2 pies (60 cm.) de anchura por lo somero, 1.5 pies (45 cm.) de anchura por el suelo y otro tanto de profundidad.
- Al pasar por la zona llamada Las Vacarizas, donde hay desecadas, "...ha de poner el Ormaechea, canales de palo de robre machiembrados, de grueso de dos y media pulgadas..." para poder salvar estos tramos donde el suelo no es firme.
- Que al llegar al prado de Los Llanos, el maestro albañil deberá "...levantar un relleno de pared de cal y canto de vara y media de anchura, con la altura suficiente..." para permitir que las aguas puedan seguir su curso. Sobre dicha pared "...ha de pasar el agua después de bien encespedada." Todavía hoy pueden verse restos de ese acueducto de más de 120 metros de largo, corriendo paralelo a la pista de Tejada, en el lugar en el que hasta no hace mucho había una choza.
- Al llegar al Colladito de Las Minas, "...el Antonio se obliga a hacer la apertura necesaria en el cerro del Colladito para que traigan el corriente necesario dichas aguas...", además de dejar el camino libre.
- Desde el Collado, las aguas deberían bajar hasta dos puntos. El uno, La Laguna del Lago y el otro, Los Pozos de Santa Marina, donde se harían dos estanques respectivos "...de cinco cuartas de profundidad, siete varas de ancho y diez de largo con pared a cal y canto, reforzando las paredes para impedir filtraciones...". El desagüe de dichos estanques debería ser "...por medio de una piedra horadada en su centro".
- Continúan las obras con tres sangrías, la primera del estanque del "Lago", hasta el barranco que baja del collado del camino de Tejada por La Medrana. La segunda, desde el estanque de los Pozos de Santa Marina, hasta lo somero de la Fuente La Paul y de aquí a la plazuela de Santo Domingo. Y la tercera sangría, desde este mismo estanque, por el camino abajo a desembocar en una calleja entre dos herranes "...empedrando ésta en forma de media caña..." y de esta a salir por la calleja El Tinte.
- La obra debería principiar en el mes de octubre de ese mismo año de 1852 y darse por concluida "...el día último de marzo del año próximo venidero de mil ochocientos cincuenta y tres..." y "...valiéndose para el efecto y en iguales circunstancias de jornaleros de este pueblo".
- El ayuntamiento debía pagar en diferentes plazos a lo largo de la ejecución de las obras, un total de 9.300 reales de vellón.
- Para recibir la obra el ayuntamiento podía valerse de peritos competentes y hasta que esto no se produjera, no se le entregarían al maestro los últimos 2.000 reales del postrero pago aplazado.
Hasta aquí, la escritura del compromiso para la realización de las obras de la traída de aguas a Laguna. Si seguimos paso a paso el camino descrito, podremos comprobar como es aproximadamente el mismo que casi 70 años después recorrería la conducción que pagaron el indiano Manuel Eduardo Quemada Herreros y su sobrino Domingo Terroba Quemada, aunque esta vez, eso sí, entubada. Hoy todavía se puede observar esta tubería en algunos tramos de su recorrido. Es decir, que seguramente se aprovecharía la zanja ya existente para colocar la nueva tubería de hierro.
Mi agradecimiento a "Vitín" y "Juansi" por ayudarme a desentrañar un poco este asunto.
(1) AHPLR. Protocolos Notariales. Notario: José Herreros de Tejada. Sig. 7190.