23.8.23

CRIMEN PASIONAL EN LAGUNA


CRIMEN PASIONAL EN LAGUNA


Como quiera que esta canícula infernal no nos permite socializarnos demasiado, he aprovechado el refugio que me ofrecen los muros de piedra de la casa donde vivo, para, huyendo de las calurosas tardes estivales, repasar algunas notas manuscritas recogidas años ha, durante las largas noches invernales al amor de la lumbre, escuchando las historias del abuelo “Moli”. En una de aquellas veladas en las que le oía embelesado contar historias de su pueblo, me habló de un hecho luctuoso, del que tomé buena nota y que hoy, después de recopilar algunos datos en el Archivo Municipal (1) y otros tantos en la hemeroteca del diario “La Rioja” (2), voy a tratar de contar con cierto detenimiento. Esta historia, transmitida por tradición oral, es reflejo fiel de los hechos acaecidos en la noche del primero de marzo de 1912, como veremos.

Pero, antes de relatar los hechos que se produjeron en esa fatídica noche, vamos a ponernos en situación, estableciendo el marco histórico en el que se desarrollaron los acontecimientos. Reinaba en España, Alfonso XIII. Un reino en el que a principios de siglo vivían casi 19 millones de habitantes, siendo el 70% de esa población, agrícola, es decir vivía en el campo y del campo. Durante la primera mitad del siglo, en España se produjeron violentos conflictos sociales debido a las desigualdades y a las malas condiciones de vida de las clases bajas asalariadas, que eran la más numerosas. El siglo comenzaba siendo una monarquía parlamentaria con muchas deficiencias democráticas y la Iglesia tenía un posición privilegiada, por lo que desde los púlpitos, confesionarios y colegios religiosos se adoctrinaba a la población y se defendía la lealtad al sistema. Hay que recordar también que en 1898, EEUU declaró la guerra a España, arrebatándole Cuba y Filipinas y causando un gran malestar entre intelectuales y gentes de la cultura. Se empezaba a reflexionar sobre nuestro retraso con respecto a la Europa occidental. Tiempos de crisis moral, política y social. Un joven Manuel Azaña pronunciaba en la Casa del Pueblo socialista de Alcalá de Henares una conferencia titulada “El problema español”, reflexionando sobre los factores que mantenían al país en el atraso secular y concluyendo que era el Estado, con su acción sistemática y modernizadora, el único instrumento posible para la transformación. Por aquellos años, Ortega y Gasset decía que "España es un dolor enorme, profundo y difuso; España es el problema primero, plenario, perentorio. España es el problema, Europa la solución".

Por lo que respecta a Laguna, la población de derecho en 1910 era de 576 habitantes, un descenso poblacional paulatino que se había ido produciendo desde mediados del XVIII, cuando el pueblo contaba con alrededor de 1.000 habitantes.

Pues bien, es en este contexto, en el que se produjo la muerte violenta de Mariano Codes Pérez por la mano de Florentino Martínez Alcázar. En aquella noche de marras, los mozos del pueblo rondaban a las mozas casaderas, que ocultas tras los visillos esperaban impacientes oír pasar a la ronda bajo la ventana de su habitación y escuchar las coplas de “requiebro”. Pero, en un ambiente tan lúdico y festivo, ¿qué pasó para que los ánimos se exaltaran hasta el punto de que se produjera un desenlace fatal?

Esa noche, al pasar los mozos bajo la ventana de la moza Basilia Elías Martínez, que al parecer había empezado a entablar “relaciones” con Florentino, cantó Mariano acompañándose con la guitarra, la insultante coplilla que sigue:

Para pasear tu calle

no necesito cuchillo,

porque el novio que tu tienes,

me lo meto en un bolsillo”

Así que, una vez finalizada la ronda, alrededor de las 10:30 de la noche, y cuando habían quedado solos en la plaza de Los Carros (4) los dos mozos, Florentino interpeló a Mariano diciéndole: “oye, unas palabras”, y Mariano le contestó “aguarda a que deje la guitarra”. Y cuando el mentado Mariano se disponía a dejar el instrumento encima de un carro de la plaza, Florentino, enarbolando un palo que terminaba en cachiporra, le asestó un golpe en la cabeza que derribó a Mariano, continuando dándole varios golpes una vez en el suelo.

Estos son los hechos de autos, tal y como se produjeron, como los recordaba el abuelo “Moli” de haberlos oído contar en su juventud y como nos dicen los documentos que ocurrieron. De tal suerte, que produjeron al mozo Mariano heridas de tanta consideración que falleció al día siguiente, a las doce del mediodía. Según se desprende de las declaraciones ante el jurado de los médicos de Laguna, Antonio Conceiro García y Cabezón, Serafio Ruza Barreiro, que practicaron la autopsia al cadáver del desgraciado Mariano, dictaminaron que “sufrió varias lesiones inciso contusas en las regiones occipital y frontal, y en especial, en la región medio frontal sagital, con fractura de los temporales y hundimiento de la bóveda craneana, que desgarraron las cubiertas del encéfalo y destrozaron éste”. Los galenos, durante la vista, se ratificaron en el informe pericial que habían presentado y afirmaron que las heridas se produjeron de frente y todas ellas eran mortales de necesidad, pues causaron enormes destrozos en la bóveda craneana.

La vista, se celebró durante los días 2 y 3 de diciembre de ese año de 1912, con participación de un jurado popular y según las crónicas de la época, mucho público, especialmente el segundo día, pues se permitió el acceso a la sala a las mujeres, cosa que no ocurrió el primer día de la vista.

Fueron testigos de la acusación los mozos que acompañaban a Florentino y Mariano durante la ronda: Martín Domínguez García, Victoriano Sedano Martín, Víctor Martínez Arnedo, Zacarías Martínez Merino y Victor Muro Pérez; además del padre del fallecido, Mariano Codes. Por parte de la defensa, Basilia Elías, novia de Florentino y el padre de ésta, Balbino, amén del cura de la parroquial de Laguna, Basilio Allona y otros laguchinos, hasta un total de veintiocho.

En su declaración, el procesado Florentino, arguyó en su descargo que la copla que cantó Mariano la tomó por una provocación, y que al finalizar la ronda, cuando le pidió explicaciones, pensó que Mariano se echaba la mano a la faja para sacar un arma, por lo que él, ante el temor de ser agredido, se defendió con la cachiporra. Sosteniendo por tanto, “...que no tuvo intención de matarle, sino sólo de defenderse”.

El fiscal sostuvo en sus conclusiones finales que el hecho se trataba de un delito de homicidio, sin agravante alevosa, del que es autor el procesado. Pero entiende, que no debe concedérsele ninguna atenuante, por haber obrado con obcecación. Por lo que solicita se le imponga al procesado la pena de catorce años, ocho meses y un día de reclusión temporal, accesorias y costas e indemnización de 2.000 pesetas a los herederos del interfecto.

Por su lado, el letrado defensor sostuvo, que es evidente que concurre en favor de su patrocinado la circunstancia atenuante de arrebato y obcecación, solicitando se imponga al acusado la pena de doce años y un día de reclusión temporal.

Reunido el Jurado Popular, declaró a Florentino Martínez Alcázar, culpable de homicidio simple, sin agravantes.

El Tribunal de Derecho dictó sentencia condenando a Florentino Martínez Alcázar, a la pena de doce años y un día de reclusión temporal, accesorias, costas e indemnización de 2.000 pesetas a los herederos de Mariano Codes Pérez, declarando el comiso de la cachiporra que sirvió para la comisión del delito y disponiendo se abone a Florentino la mitad del tiempo de prisión provisional sufrida.

Cuando ocurrieron los hechos que hemos narrado, Florentino estaba presto a cumplir 23 años. Vivía con sus padres Pedro Martínez Rodríguez, de Torremuña y Vicenta Alcázar Pérez, de Laguna, en el número 1 de la Calle Mayor (hoy casa de Luisito “El Carchas”). Había nacido en Nestares.

Después de cumplir condena, se casó en Laguna, en 1925, con Modesta Rodrigo Ochoa (de “Las Ruedas de Enciso”) y vivieron en la Calle “El Cristo” n.º 26, hoy un solar al lado de la casa de Filo y Marimar. Tuvieron cinco hijos, de los que tres sobrevivieron a la edad adulta, Victoriano, Lorenzo y Matilde. Esta última, vive. Modesta murió joven, por lo que dejó a Florentino con tres bocas que alimentar y una precaria situación económica. Fueron ayudados en aquellos momentos difíciles por otra familia del pueblo, la de José María García, “Josepe”, que también había sufrido por esos avatares de la vida, la perdida de su mujer y una hija, y vivían una situación familiar también difícil. Solidaridad ante la adversidad.

En 1955, Florentino y su familia, ya no vivían en Laguna. Se habían bajado a vivir a Logroño. Murió poco después (3), en 1963, en la antigua Beneficencia, “La Bene”, donde estaba recluido por desequilibrios mentales. Según mi “cuentacuentos” particular, Florentino no pudo asumir nunca el hecho de haber matado a un hombre y ello le llevo a desquiciarse al final de sus días.

En el juicio, el defensor expuso el carácter de Florentino, pintándolo como “afable, pacífico y condescendiente” en sintonía con las declaraciones de los testigos de dicha defensa.

Mariano, también estaba a punto de cumplir los 23 años cuando se produjo el fatal desenlace que acabó con su vida. Era hijo de Mariano Codes García, natural de Laguna y de Venancia Pérez García, de Diustes (Soria). Tenía dos hermanas menores, Anastasia y Justa.

Durante la vista, al hacer el resumen el Presidente de la Sala, “...se lamenta de la frecuencia con que se registran delitos de sangre en esta región, segando la vida de los hombres, por el motivo más pequeño y baladí, lesionando así el derecho más grande del ciudadano”.

En cuanto a Basilia Elías Martínez, poco podemos decir, supongo que muy a su pesar protagonista del suceso. Sin tan siquiera contar con 19 años de vida, se vio implicada en un hecho que seguramente le marcaría para el resto de sus días. Basilia, era hija de Balbino Elías Ruiz y Eulalia Martínez García, los dos nacidos en Laguna. Basilia, tenía un hermano, Carlos, que casó en primeras nupcias con Juana Tejado López (de “El Horcajo”), con la que tuvo dos hijos, Balbino Elías Tejado y Luis Elías Tejado.

El abogado defensor “...hizo un estudio muy real de la vida de los pueblos, de lo que puede en ellos la chinchorrería y las habladurías de unos y de otros”. Haciendo hincapié en como “...los hechos conmueven las pasiones que agitan y combaten a las personas, especialmente en la edad moza e influyen para la realización de sus actos.

Y hasta aquí, la historia trágica que hemos contado y que seguro ha sido transmitida desde entonces en las cocinas, bajo la mortecina luz de la lumbre, por las abuelas, en aquellos “trasnochos” en que nos contaban a los mocetes truculentas historias de épocas pasadas. Hemos intentado contar la historia como hubiera podido haberse contado por trasmisión oral en aquella época, sin alejarnos de la verdad y con fidelidad a los hechos, pero para aquel o aquella que quiera saber más datos precisos sobre el tema, le propongo consultar estas citas a pie de página.

(1)-AMLC. Registro Civil. Diversas Partidas de nacimiento, defunción y casamiento.

(2)-Artículo del diario “La Rioja”. Fecha 3/12/1912. Audiencia. Homicidio en Laguna (Primera Sesión).

-Artículo del diario “La Rioja”. Fecha 4/12/1912. Audiencia. Homicidio en Laguna (Final del Juicio).

(3)-Diario ”Nueva Rioja”. Fecha: 11/1/1963. Año XXVI. N.º 7623. 2ª página. Defunciones. Defunción de Florentino Martínez Alcázar, de 76 años, de Laguna de Cameros.

(4)-En el diario “La Rioja” se le llama a la Plaza Fernando Cámara, Plaza de Los Carros. Hay que recordar que en la fecha de autos no estaba todavía el monumento al maestro Patricio Aguileta Salazar.







17.5.23

YANGÜESES EN LAGUNA (II)

 YANGÜESES EN LAGUNA (II)


Continuamos en este post con lo prometido en el anterior, desgranando la intrahistoria de la inmigración yangüesa en Laguna de Cameros a mediados del siglo pasado. Y para ello, vamos a desmenuzar otro documento del Archivo Municipal de Laguna, en este caso, el Padrón de Habitantes de 1955. Éste nos servirá, junto con el ya comentado de 1940, para ver el estado de la migración yangüesa un momento antes del comienzo de la última inflexión demográfica brusca que se produce en Laguna a comienzos de la década de los 60, concretamente en 1962-63.


YANGÜES@S.

Pongamos nombre a los yangüeses y yangüesas que vivían en Laguna en 1955, ordenándolos por las calles donde vivían.


C/ ASUNCIÓN:

  • Juana Peña Pablo, de 74 años, viuda y natural de Vellosillo.

  • José Rodrigo Martínez, de 73 años, labrador, natural de Lería, casado con Petra Sáenz Escolar, de 67 años, natural de Cabezón. Vivían con tres hijos, Emilio, Florentino y Pilar, de 35, 30 y 28 años respectivamente, naturales los tres de Rabanera y los primeros de profesión labradores.

C/ BAJERA:

  • Pedro Moreno Sáenz, de 66 años, natural de Larriba, labrador, casado con Ángela Pascual Alfaro, de 68 años y natural de Vellosillo. Vivían con dos hijos nacidos en Laguna, Juan Pablo y Lorenzo, de profesión labradores, de 37 y 32 años respectivamente, y una hija también nacida en Laguna, Feliciana, de 29 años de edad.

C/ CRISTO:

  • Gregorio Martínez Lería, de 34 años, natural de Santa Cecilia y profesión labrador, casado con Ascensión Martínez, de 24 años, nacida en Laguna. Vivían con dos hijos, Milagros de 17 años y Victor de 4.

C/ CIRCO:

  • Pablo Fernández Moreno, de 44 años, labrador y nacido en Laguna, casado con Lucía Calleja Sáenz, también de 44 años y natural de Diustes. Vivían con cinco hijos nacidos en Laguna, Justo (de 20), Isidra (de 17), Marisol (de 15), Carmen (de 12) y Lucía (de 7 años).

  • Lázaro Rodrigo Lasanta, de 90 años, viudo, labrador y natural de Camporredondo. Vivía con su hija, Ana Rodrigo Blanco, de 54 años, soltera y nacida en Laguna.

Pza. JOSÉ DE LA CÁMARA:

  • Santiago Cillero Lasota, de 52 años, nacido en Diustes. Vivía con su hija, Teresa Cillero García, de 22 años, nacida en Laguna.

  • Alejandro García Peña, de 48 años, natural de Diustes y María Santolaya Cillero, de 52 años y natural de Camporredondo. Vivían con sus hijos, Pilar, Purificación y Amador, de 21, 18 y 13 años respectivamente, y nacidos en Laguna.

C/ MAYOR:

  • Tomasa Martínez Martínez, de 37 años y natural de Lería, viuda y sus hijos Amparo y José Manuel Fernández Martínez, de 11 y 8 años respectivamente y nacidos en Laguna.

  • Valentín Martínez Lafuente, de 58 años, natural de Las Ruedas de Enciso, de profesión labrador, casado con Concepción Peña Peña, de 43 y natural de Diustes. Vivían con su hija Teresa, de 8 años y nacida en Laguna.

C/ RANOCALES:

  • Eusebio Fernández Martínez, de 36 años, labrador, nacido en Laguna y su mujer Antonia Martínez Martínez, de 31 años y nacida en Lería.

C/ SAN JUAN:

  • Gabriel García Hernández, de 58 años, labrador, natural de Laguna y su esposa Bonifacia García Peña, de 54, natural de Diustes. Vivían con sus hijos, María Candelas, Rafael y Juan, naturales de laguna y de 26, 29 y 24 años respectivamente. Los dos últimos, de profesión labradores.

C/ SAN PEDRO:

  • Juan Cruz Jiménez Ruiz, de 41 años, labrador, natural de Villar de Maya, casado con Vicenta Calonge Laspeñas, de 30 años, nacida en Laguna. Vivían con sus hijos, María Cruz, José Antonio y Alfonso, de 8, 6 y 2 años respectivamente y nacidos en Laguna. También vivía el hermano de Vicenta, Pablo, de 28 años, de profesión cabrero y también natural de Laguna.

  • Soledad Peña Ruiz, de 46 años, viuda, natural de Diustes. Vivía con sus hijos Juan Antonio, Soledad y Domingo, de 12, 10 y 2 años respectivamente, y nacidos en Laguna.

  • Santos García Peña, de 80 años de edad, labrador, viudo y natural de Diustes.

DE OTROS PUEBLOS SORIANOS.

Y para finalizar, el resto de sorianos (no yangüeses) que vivían en Laguna en dicho año de 1955.

C/ ASUNCIÓN:

  • Martín Oliván Gil, de 32 años, jornalero, natural de Laguna, casado con Felisa Lasheras Antón, de 32 años, nacida en Gallinero (Soria).

  • Vicente Sacristán Martínez, 66 años, labrador, nacido en Laguna, casado con Eugenia Sáenz Martínez, de 64 años y natural de Montenegro. Vivían con sus hijas Carmen (23 años) y Eugenia (21 años), nacidas en Laguna.

C/ MAYOR.

  • Clemente Rubio Sáenz, de 71 años y natural de Laguna, casado con Eugenia Lafuente, de 62 y nacida en Muriel de la Fuente. Vivían con sus hijos nacidos en Laguna, Laureano, Clemente y Tomás, de 40, 26 y 22 años respectivamente y de profesión labradores.

C/ RANOCALES.

  • José Rubio Unanue, de 33 años, nacido en Laguna, labrador y su esposa Eufemia Gómez García, de 36 años y natural de Narros, junto con el hijo de ambos, José, de 4 años y nacido en Laguna.

Veamos algunos resultados del censo de 1955, comparándolos con los de 1940:


  • Población de hecho en 1955 en Laguna de Cameros (presentes+transeúntes): 405 (197 hombres y 208 mujeres). La población se había mantenido prácticamente estable desde 1940 (en que había 399 habitantes).

  • Yangüeses: de Vellosillo, Lería, Santa Cecilia, Diustes, Camporredondo y Villar de Maya, 17 (8 hombres y 9 mujeres). Un 4,2% del total de habitantes. Había descendido un poco el número de yangüeses con respecto a los que había en 1940 (20).

  • De otros lugares de la provincia de Soria: de Gallinero, Montenegro, Muriel de la Fuente y Narros, total 4 mujeres. Un 0,98% del total de habitantes. También había descendido el número con respecto a 1940, en que había 7. Quizás ya se empezaba a insinuar el brusco descenso poblacional que se venía encima y al que nos hemos referido en la cabecera de este post.

Bien, aunque de momento lo vamos a dejar aquí, el tema no se agota y volveremos a tratar el asunto de los yangüeses en Laguna acercando la mirada a otro momento histórico en los comienzos del siglo XX. Y lo haremos, a través de otro padrón, concretamente el de 1910. En esa fecha habitaban Laguna 595 almas, de las cuales nada menos que 96 (el 16,1% del total) eran sorianas y de éstas, 38 de Tierra Yanguas.



7.5.23

YANGÜESES EN LAGUNA (I)

YANGÜESES EN LAGUNA (I)

Hemos tratado en algún post anterior del vaciado de la Sierra de Cameros durante el siglo pasado y más singularmente del caso concreto de Laguna de Cameros (1). Vamos a analizar en éste, siquiera brevemente, el mismo fenómeno demográfico, pero observado desde un punto de vista diametralmente opuesto, es decir desde el de acogida. Como parece evidente, estos movimientos demográficos se producen muy a menudo por causas económicas, trayendo como consecuencia que los lugares económicamente más deprimidos se vacían y otros económicamente más desarrollados acogen a esos migrantes, que contribuyen por ende a un mayor desarrollo económico en el lugar de destino. Pues bien, Laguna ha sido tradicionalmente uno de estos pueblos de acogida (aunque también de salida) quizás debido a ese despegue económico que se ha venido produciendo en varias etapas a lo largo de su historia moderna y significativamente durante el pasado siglo XX, sobre todo si lo comparamos con con otros lugares próximos. Bien entendido que todo esto se produce en un contexto de descenso demográfico generalizado, que se da en toda esta región que hoy hemos dado en denominar “Celtiberia” y que se viene gestando desde mediados del XVIII.

Veamos en este sentido lo ocurrido en Laguna con respecto a la emigración soriana y específicamente a la producida en las Tierras Altas de Yanguas con destino a Laguna de Cameros.

Recordemos que hasta la última y definitiva división territorial española de Javier de Burgos en 1833, lo que hoy conocemos como Comunidad Autónoma de La Rioja, pertenecía secularmente a las provincias de Burgos y Soria. La provincia de Logroño no existía y el corónimo correspondía a la ciudad cabeza del partido homónimo. Por simplificar diremos, que la línea divisoria entre estas provincias castellanas, pasaba grosso modo por el interfluvio Camero Viejo-Camero Nuevo. Ejemplificando el modelo, Cabezón pertenecía a Soria (junto con la mayoría de pueblos del Camero Viejo); y Laguna pertenecía a Burgos, junto con Trevijano, Torre y Montalbo. Pero en 1802, estos últimos cuatro pueblos pasan a formar parte de la provincia de Soria, partido de Logroño. Y de este modo, el antiguo Señorío de Cameros de los Condes de Aguilar, antaño fragmentado entre las provincias de Soria y Burgos, pasa a formar parte de una entidad administrativa única, Soria, y por ende, la Tierra de Yanguas y el Camero Viejo se integran dentro de esa unidad.

Visto sucintamente el contexto histórico, vamos a analizar un documento fidedigno que nos dará una visión bastante exacta del fenómeno migratorio que estamos analizando (2). Se trata del Censo de Población del año de 1940 de Laguna de Cameros. La población total era de 415 almas. Ya se había producido un descenso poblacional en los últimos cuarenta años, desde comienzo de siglo XX, de algo más de 200 almas.

Veámoslo en detalle, calle por calle, casa por casa, poniendo nombre y lugar de habitación a esos yangüeses y yangüesas:

  • Calle Mayor nº 9, al lado del Teleclub, casa de Valentín León. En ella vivían dos hermanos naturales de Vellosillo, Leonardo, barbero, y Juana Peña Pablo. De 57 y 59 años respectivamente. El primero casado con Apolonia Sáenz de Jubera, de 45 años, natural de Laguna. También vivían dos hijas de Leonardo y Apolonia, Margarita (que casó posteriormente con Valentín León) y Victoria. Ambas nacidas en Laguna.

  • Calle Mayor nº 4, casa de Perico y Elena. Habitada por Juana Miguel Ruiz, de 58 años, viuda y nacida en Santa Cruz. Convivía con tres hijas nacidas en Laguna, Antonia, Tomasa y Ramona.

  • Calle Agraz nº 20, hoy es un solar pegado a la casa de Araceli y Victor. Vivía Damian Ochoa Fernández, de 65 años, labrador, viudo, de La Vega. Convivía con dos hijas nacidas en Laguna, Emilia y Raimunda.

  • Calle Agraz nº 26, casa de Inocenta y Constantino. Vivían Gregorio Martínez Lería (“Caracoles”), de Santa Cecilia y Gregoria Alonso Blázquez, de Villartoso. Dos jóvenes de 19 y 17 años respectivamente, que trabajaban de sirvientes en dicha casa.

  • Calle Circo nº 29, casa de María “La Vasca”. Vivía Lázaro Rodrigo Lasanta, viudo, labrador, de 73 años y natural de Camporedondo. Vivía con dos hijos nacidos en Laguna, Basilio y Ana, además de una nieta, María.

  • Calle Circo nº 41, casa pegando a la de Raúl, "El Tordo". Aquí vivía Melchora Blázquez Ochoa, de 58 años y natural de Santa Cecilia, casada con Juan Ayarza León, de 58 años, albañil y nacido en Laguna. Convivían con un hijo, Amadeo y un nieto, José, ambos nacidos en Laguna.

  • Plaza de La Constitución nº 9, casa del “Arquitecto”. Aquí habitaba Santiago Cillero Lasota, de 38 años, viudo, labrador y natural de Diustes. Vivía con su hija, Teresa.

  • Plaza de La Constitución nº 13, casa del “Rojo”. Aquí vivían Alejandro García Peña, de 33 años, labrador y natural de Diustes, casado con María Santolaya Cillero, de 37 años y natural de Camporredondo. Tenían dos hijas, Mari Pilar y Pura, naturales de Laguna.

  • Calle Bajera nº 12, casa de Josemari y Yamilé. Aquí vivía el matrimonio formado por Pedro Moreno Sáenz, labrador, de 51 años y natural de Larriba y Ángela Pascual Alfaro, de 53 años y nacida en Vellosillo. Tenían tres hijos, Pablo, Lorenzo y Feliciana, nacidos en Laguna.

  • Calle Fuentecampos nº 8, casa del “Grillo”. Aquí vivían José Ramos Blanco, labrador, de 62, natural de Cabezón, y su mujer Victoria Martínez Merino, de 62 años y natural de La Vega. Vivían con los hijos Manuel y Felipe, nacidos en Laguna.

  • Calle Ranocales nº 16, casa de Toño. Aquí vivía su abuela paterna, Gregoria Martínez Merino, de 58 años, viuda y nacida en La Vega, con dos hijos, Manuel y Eusebio, los dos nacidos en Laguna.

  • Calle Asunción nº 9, casa de “Justito”. Aquí vivía el matrimonio formado por Pablo Fernández Moreno (“Pabletas”), de 29 años y natural de Laguna, labrador, y Lucía Calleja Sáenz, también de 29 años y natural de Diustes. Vivían con tres hijos, Justo, Segunda e Isidra, nacidos en Laguna.

  • Calle Travesía nº 1. Solar con restos de construcción. Esta travesía comenzaba en la Calle Mayor, entre las casas actuales de Javier y de Marino, ascendiendo para salir en la Calle El Cristo, a la altura de la casa de Raul y Rosana. Hoy esta travesía forma parte de la Calle El Cristo. Aquí vivía Bonifacia García Peña, de 38 años y natural de Diustes, casada con Gabriel García Hernández, de 38 años, labrador y nacido en Laguna. Vivían con cuatro hijos nacidos en Laguna: Rafael, María Candelas, Juan y Felipa.

  • Calle San Pedro nº 13, casa de Juan Antonio. Aquí vivían Santos García Peña, de 63 años, labrador, y natural de Diustes, con su mujer, Úrsula Laspeñas Benito, de 65 años y nacida en La Vega y el hijo de ambos, Saturnino García Peña, "Puches", de 29 años de edad, labrador y también nacido en Diustes.

  • Calle San Pedro nº 4, casa de Juan Cruz. En ella vivía Dominica Laspeñas Benito, de 54 años, viuda y natural de La Vega, con sus dos hijos, Vicenta y Pablo, nacidos en Laguna.

Total, 20 nacidos en Tierra de Yangüas, de una población total de 415 habitantes. Un 4.8 %. Gentes nacidas en Vellosillo, Santa Cruz, La Vega, Santa Cecilia, Villartoso, Camporredondo y Diustes. Otros tantos, 27, el 6.5%, eran oriundos de otras comarcas sorianas, Muriel de la Fuente, Portelrubio, Pozalmuro, Montenegro, Tajueco... Es decir, algo más de un 11% de los habitantes de Laguna eran sorianos.

20, hombres y mujeres jóvenes, en algunos casos muy jóvenes, la mayoría mujeres, que un día cargaron la mula con la ajada manta de lana, muchos sueños e ilusiones, unos pocos enseres y una firme esperanza, para cruzar la muga de Ostaza y alcanzar un mundo incierto fuera del amparo familiar y vecinal. 

Como quiera que este post se está haciendo un poco más largo de lo que en principio pretendía ser una pequeña introducción a la emigración yangüesa en Laguna, lo vamos a dejar aquí, proponiéndonos para un siguiente post, en el que continuaremos hablando de yangüeses y yangüesas, cotejando este censo estudiado con otro un poco posterior, de 1955, en el que podremos seguir poniendo cara a algunos de los nombres que aparecerán en él, Antonia Martínez Martínez, Lucía Calleja Sáenz, Santiago Cillero Lasota, Alejandro García Peña, Juan Cruz Jiménez,... Pero esto será otra historia y en otro momento.

  1. https://micamerosviejo.blogspot.com/2016/09/despoblacion-desolacion-demografia.html

  2. https://micamerosviejo.blogspot.com/2015/08/demografia-historica-de-laguna-de.html


23.4.23

UNA FLOR BAJO MI PIEL

Una laguchina firmando su primer libro en San Jordi y codeándose con escritores de renombre.

ISBN: 978-84-1144-312-8

SINOPSIS

Bajo estas páginas

me siento desnuda y libre

de mis pensamientos.

 

Somos cabezas pensantes en una sociedad

que va a millones de kilómetros por hora

y, a veces, no damos a vasto.

 

En cada hoja, palabra e imagen

He intentado reflejar de forma sencilla

La sencillez de la flor que llevo bajo mi piel


https://www.facebook.com/veronica.rodriguezmartinez.353

https://letrame.com/catalogo/producto/una-flor-bajo-mi-piel/



5.4.23

LAS FUNDACIONES ESCOLARES EN LAGUNA DE CAMEROS (VI)

NUEVAS APORTACIONES EN EL ESTUDIO DE LAS FUNDACIONES ESCOLARES DECIMONÓNICAS LAGUCHINAS (II)

Prometimos en un post anterior, continuar con otra aportación a la relevante figura del fundador escolar, José de la Cámara y Moreno. Y para ello, vamos a comenzar por el final de sus días. Me suelo referir con cierta frecuencia en mis posts, a la obra de un clérigo que pasó por la parroquial de Laguna durante el primer tercio del siglo XX y que dejó como legado cultural una obra singular, que bajo mi punto de vista, pasa por ser la aportación bibliográfica primera y más importante, yerros al margen, sobre la historia de Laguna. Obra conocida por todos los laguchinos y en la que yo creo que hemos bebido todos los que de una forma u otra hemos investigado sobre las intrahistorias de los pueblos cameranos. Me refiero a Basilio Allona y Cañas y su “Ensayo de Monografía Histórica de Laguna de Cameros”. Pues bien, Basilio Allona se lamentaba en su ensayo, al hacer la biografía de José de la Cámara, el no conocer su lugar de enterramiento y supone que lo está en un cementerio de Madrid, pero desconoce en cuál (1).

A continuación vemos una fotografía del lugar de inhumación de los restos de José de la Cámara y Moreno.

Fig.1. Cementerio Sacramental de San Justo, en el barrio de Carabanchel (Madrid). Patio de San Miguel. Osario de San Gabriel.

Fig.1. Cementerio Sacramental de San Justo, en el barrio de Carabanchel (Madrid). Patio de San Miguel. Osario de San Gabriel. Fotografía del autor.

Efectivamente, bajo la lápida que hay en el suelo, se encuentran los restos de José de la Cámara y Moreno. Hay que tener presente, que este cementerio sufrió un gran deterioro durante la Guerra Civil, por lo que con posterioridad a la contienda, muchos restos hubieron de cambiar su ubicación en una remodelación ulterior, y por ello los de José de la Cámara y Moreno no se encuentran en su ubicación original con aquella cartela que dice su testamento y a la que se refería el cura trocado en ensayista: “Creo la resurrección de la carne” (2).

En cuanto a lo referente a su última voluntad, vamos a verlo con un poco de detenimiento. Una vez finalizada su etapa americana, José de la Cámara retorna a España alrededor de 1850, año en el que firma el precitado testamento en la corte madrileña. En 1868, firma un segundo testamento en Madrid (3), quedando “... nulo y de ningún valor ni efecto, el testamento que otorgué en esta Corte de Madrid, con fecha veinte y nueve de marzo de mil ochocientos cincuenta, ante el infrascrito notario por haber cumplido en vida todo lo que en aquel testamento disponía, y solo queda válido el presente”. En 1872 (4) y 1876 (5) firma sendos codicilos. En el primero de ellos, nos dice el notario que “...deseoso de suplir algunas omisiones que entonces tuvo (en el segundo testamento de 1868) y de hacer algunas otras modificaciones ha determinado formalizar este codicilo...”; y en la segunda escritura de codicilo, nos apunta que ha “...determinado, hacer en uno y otro (testamento segundo y codicilo primero), algunas alteraciones por vía de codicilo...”.  Resumiendo, José de la Cámara, una vez en España, firma cuatro documentos de última voluntad, dos testamentos y dos codicilos. No vamos a transcribir los cuatro documentos porque sería excesivamente farragoso, teniendo además presente que lo legalmente válido, es el segundo testamento y sus pequeñas modificaciones codiciliarias posteriores. Pero sí vamos a diseccionar el segundo testamento, a la postre el válido, utilizando además un escalpelo de precisión: La “Descripción y adjudicación de los bienes dejados por el Sr. D. José de la Cámara y Moreno, otorgada por sus albaceas testamentarios” (6). Es decir, el “cuaderno particional” en el que se refleja con claridad meridiana el inventario, evaluación y reparto de los bienes hereditarios.

Lo primero que hacen los cinco albaceas testamentarios que comparecen para firmar esta escritura de Descripción y adjudicación de bienes de José de la Cámara y Moreno”, es expresar cual fue la voluntad del finado en el testamento y posterior codicilo: “...que comparecen a este acto, en concepto de albaceas testamentarios, cumplidores de la última voluntad del finado señor D. José de la Cámara y Moreno, expresada en el testamento y codicilo, bajo el cual falleció en esta Corte, a las once de la mañana del día quince de septiembre del año próximo pasado de mil ochocientos setenta y nueve, en cuyos documentos, manifestó y dispuso entre otras cosas lo siguiente. En el testamento que dejó otorgado ante el infrascrito notario, con fecha once de febrero de mil ochocientos sesenta y ocho, después de haber expresado, ser católico, apostólico, romano, hecha la protestación de la fe e invocando los auxilios divinos, ordenó: que luego que su cuerpo fuese cadáver, se le diere sepultura en algún camposanto (como ya vimos más arriba, en el Sacramental de San Justo), después de amortajado con el hábito y capilla de sayal del seráfico padre San Francisco de Asís. Que su cadáver fuere puesto en el cajón que al efecto tenía prevenido (en su casa, donde vivía, C/ Esparteros 10) y conducido al camposanto, sin otro aparato que doce pobres con velas encendidas y cargado por los sepultureros de su parroquia. Prohibió absolutamente a los comparecientes que por ningún título, dispusieren cosa alguna que llamare la atención. Ordenó que no se convidase a nadie ni se pusieren anuncios, de manera que a la conducción de su cadáver no habían de concurrir carruajes y que podían si gustaban comprar un nicho perpetuo, poniendo en la lápida como única inscripción “Creo la resurrección de la carne” y sobre ésta, “una cruz” y les prohibió también que hicieren otras exequias, que cuando ya fuese cadáver, se le llevase a su parroquia (Parroquia de la Santa Cruz, en la Calle Esparteros donde vivía) y colocado precisamente en el suelo, se cantara de cuerpo presente el oficio de sepultura y que todas las voces, inclusas las del coro, fuesen oficiadas por sacerdotes a canto llano, sin música alguna, y que concluido dicho oficio, según antes se ha dicho, fuese llevado al campo santo, acompañado a pie de algún clero de la parroquia. También ordenó, que el día de su fallecimiento, se aplicasen por su alma, las misas que fuere posible. Que el cabo de año se haga en la misma parroquia, con oficio de misa, vigilia y responso. Mandó también que se aplicasen por su alma, las treinta misas llamadas de San Gregorio: cinco en memoria de las cinco festividades principales de María Santísima, doce a San José y otras doce en memoria de los doce apóstoles. Y ordenó así mismo, que en la villa de su nacimiento, Laguna de Cameros, se efectuase también un funeral por su alma, a estilo de los que se hacen a los pobres, hijos del país. Y legó a las mandas llamadas forzosas lo de costumbre, por una vez”.

Nos dicen a continuación los albaceas, que los bienes inmuebles que dejó en su testamento,  “...consistían a la fecha de él, en cuatro casas, situadas en esta Corte, números cuarenta y cinco y cuarenta y siete, de la Calle de Fuencarral, número diez de la Calle de Ciudad Rodrigo, esquina a las Platerías, con vuelta a la Calle Mayor, y número diez de la Calle de Esparteros (donde vivía), todos nuevos (los números de las viviendas). Y dispuso que éstas fuesen rematadas en pública subasta por sus albaceas, en el mejor postor o del modo que mejor les pareciere; y que su producto, agregado a lo demás de sus bienes...”.

Y continúan con los muebles y enseres de casa, señalando que una vez que fuesen vendidos, “...se agregará su producto al cuerpo general de sus bienes”.

Recuerdan también los albaceas, quien es la única y universal heredera de todos sus bienes: “Por la cláusula décima de dicho su testamento, eligió, nombró e instituyó, por su única y universal heredera de todos sus bienes, a su alma, en sufragio de la cual, todo lo que resultase después de pagar los gastos de su enfermedad, ha de emplearse a discreción, juicio y cristiana religiosidad de dichos sus albaceas, y dicha distribución que se entendiere, según queda dicho, en sufragio por el descanso de dicha su alma, rogándoles mandasen celebrar las misas que gustaren, por sacerdotes virtuosos, con la limosna que les pareciere; y a fin de que en la distribución de dichos sus bienes, no se mezclase ni tomare parte ningún juez ni autoridad judicial, nombró también a dichos albaceas testamentarios, por ejecutores y cumplidores de su última disposición, confiriéndoles para ello y con la calidad de in solidum, el más amplio y especial poder que para ello necesitaren, con las cláusulas, términos y cuantos requisitos fuesen del caso, sin que pueda ponérseles obstáculo en su ejecución con motivo ni pretexto alguno, supuesto que para el echo de cumplir su última voluntad, les colocaba en lugar de su propia persona; y quiso además, que a sus actos, en lo relativo a este extremo, se les diera igual fuerza y estabilidad que si por sí mismo estuviesen ejecutados”.

A continuación se hace un inventario y valoración de todos los bienes del finado, que pasamos a resumir:

Dinero (encontrado en su casa):       225.000 ptas.

Muebles (en su casa de Esparteros 10):3.610 ptas.

Inmuebles (descontadas las cargas):

        C/ Fuencarral, 45 y 47: 337.803,57  ptas.

C/ Esparteros, 10 (donde vivía):226.710   ptas.

C/ Ciudad Rodrigo 10:           180.202    ptas.

Censo :                                                 25.025     ptas.

TOTAL :         998.350,57 ptas.

Pues bien. Digamos que el saldo positivo de inventario es de alrededor de un millón de pesetas de la época, es decir, de 1880, cuando se hace el inventario. Es complicado conocer el valor equivalente en euros de hoy en día, porque intervienen una serie de factores económicos y sociales complejos, que no responden a una fórmula matemática única y aunque los economistas no se ponen muy de acuerdo al respecto, “cacharreando” un poco por la red, es posible encontrar una amplia  gama de valores de conversión que extendería la equivalencia entre 4 € y 117 €  por cada peseta de 1900. Por tanto, una horquilla desmesuradamente amplia. Pero según ella, podemos concluir, que el saldo  positivo del inventario de José de la Cámara y Moreno cuando se hace la adjudicación de bienes en la fecha precitada, equivaldría hoy en día, a un rango de entre cuatro y ciento diez y siete millones de euros. Nada más y nada menos. No andaba flojo el “pájaro” cuando le llegó la hora de rendir cuentas. Claro, tanto celibato. Hasta el próximo post.

Referencias documentales:

1. Basilio Allona y Cañas. “Ensayo de Monografía Histórica de Laguna de Cameros”. Pág. 109. Imprenta y Librería Moderna. Logroño. 1925.

2. Primer testamento de José de la Cámara y Moreno. AHPM. Fecha: 29/3/1850. Protocolo notarial nº 26569. Notario: Ignacio Palomar (Madrid). Folios: 1204 r. -1215 v.

3. Segundo testamento de José de la Cámara y Moreno. AHPM. Fecha: 11/2/1868. Protocolo notarial nº: 28573. Notario: Ignacio Palomar (Madrid). Instrumento nº: 60. Folios: 352 r. - 362 v.

4. Primer codicilo del segundo testamento. AHPM. Fecha: 31/5/1872. Protocolo notarial nº: 31031. Notario: Ramón Espuñes (Madrid). Instrumento nº: 90.

5. Segundo codicilo del segundo testamento. AHPM. Fecha: 14/1/1876. Protocolo notarial nº: 33766.  Notario: Ignacio Palomar (Madrid). Instrumento nº: 6.

6. Adjudicación de los bienes relictos. AHPM. Fecha: 15/1/1880. Protocolo notarial nº: 33774.  Notario: Ignacio Palomar (Madrid). Folios: 37 r. - 80 v.

Leyenda:

AHPM. Archivo Histórico de Protocolos de Madrid.

24.3.23

LAS FUNDACIONES ESCOLARES EN LAGUNA DE CAMEROS (V)

NUEVAS APORTACIONES EN EL ESTUDIO DE LAS FUNDACIONES ESCOLARES DECIMONÓNICAS LAGUCHINAS (I)

Estas aportaciones se van a realizan en dos frentes, el primero de ellos, en línea con un post precedente en este mismo blog (marzo de 2020) sobre la figura del Bienhechor (1), para dar a conocer el testamento de Santiago Martínez de Tejada y de la Cámara, en el que éste deja instituida la primera fundación escolar laguchina. Y en el segundo, para presentar algunos datos biográficos desconocidos de la personalidad del segundo fundador escolar, José de la Cámara y Moreno. Cuales son por ejemplo, el lugar de inhumación de sus restos o su postrera voluntad testamentaria. Pues bien, comencemos.

Santiago Martínez de Tejada y de la Cámara, nace en Laguna de Cameros el 1/5/1748 (2). Sus padres se llamaban Joseph Martínez de Tejada y Llera, y María de la Cámara Santa María. Como tantos otros cameranos finiseculares, emigró a la Andalucía, donde casó en primeras nupcias, en la Parroquia de los Santos Mártires de Málaga (22/10/1784), con María de la Ascensión García Toro, natural de esa misma ciudad. María de la Ascensión dio a luz a un niño, que falleció a los pocos días de su alumbramiento, falleciendo ella poco tiempo después, en 1789. Viudo Santiago Martínez, casó dos años después del fallecimiento de su primera esposa, con Margarita Terry, también natural de Málaga, en la iglesia de Santiago de la capital malacitana. Con su segunda esposa tubo cinco hijos, de los que sobrevivieron dos, Ana y Margarita Micaela Martínez de Terry. Margarita, falleció el 13/9/1804 en Antequera de fiebre amarilla, donde había ido para aislarse de la epidemia que asoló la comarca en los veranos de 1803 y 1804. La mayoría de estos datos biográficos han sido obtenidos del protocolo testamentario que vamos a analizar (3).

Santiago Martínez fue enterrado en el Campo Santo de Málaga el día 10/8/1806 (4), habiendo testado el mes anterior (10/7/1806). Nos encontramos pues en estas fechas a Don Santiago, testando su última voluntad en la escribanía de Joseph Gordon, escribano de número de la Ciudad de Málaga. Veamos que dice ese testamento.

Se inicia la escritura con una descripción biográfica de su persona en los hechos más relevantes y que hemos citado ut supra, para pasar a continuación a encomendar su alma a Dios, dejando a voluntad de sus albaceas la disposición y pormenores de su entierro. Después, manda que se apliquen doscientas misas por su alma y que se den limosnas a cuatro Obras Pías. Habla también de sus dos matrimonios, así como de las escrituras de dote y arras que se formalizaron para para cada uno de ellos y pasa a hacer una mención genérica de sus pertenencias, posesiones, muebles, inmuebles, créditos, censos, etc. pero sin nombrarlas explícitamente, remitiéndose a sus libros y papeles personales. Llegados a este punto, es donde comienza la verdadera enjundia de lo que nos ocupa en este post, es decir, la mención expresa a la Fundación Escolar y sus características. Y dado que este documento es inédito, aunque sí citado por Martín Muñoz en su libro (5), paso a transcribirlo de forma “casi” literal en sus textos más destacados, haciendo alguna aclaración cuando estime que ello sea oportuno para su comprensión. Comencemos.

Declaro hace algunos años que a mis expensas he mantenido y mantengo una Escuela de Primeras Letras en la expresada Villa de Laguna de Cameros, obispado de Calahorra y de Santo Domingo de la Calzada; y deseando permanezca aún después de los días de mi vida para siempre jamás, por conocer necesita aquel pueblo de tal enseñanza y querer hacerle este beneficio y dejarle una tal memoria, como natural que soy de él, mando y es mi voluntad que luego que yo fallezca, se saque de mis bienes en metálico la cantidad que sea suficiente a componer sesenta mil reales de vellón en Vales Reales...” y que estos “... se remitan a los señores alcaldes, y curas del expresado mi pueblo, quienes de unión con mi hermano Don José Martínez de Texada (que vivía en el pueblo de Laguna) dispondrán se impongan debidamente observando, y guardando las Reales Órdenes y superiores determinaciones dictadas y que obran para estos casos;”

En este primer párrafo, Santiago Martínez nos da cuenta de la motivación que le lleva a ayudar a su pueblo y de seguido, establecer la forma en la que lo va a hacer. Así pues, se trata de institucionalizar una situación de cierta provisionalidad, que se venía produciendo desde hacía “algunos años” en el sostenimiento de la escuela de Laguna, al dejar constancia documental, dotar económicamente la escuela y nombrar un grupo de personas que velen por los intereses de esa dotación. Se crea por tanto, de facto y de iure, una Fundación Escolar, con vocación de perpetuidad.

Continuemos con otro párrafo. “... el producto o rédito que debida y legítimamente proporcione y rindan dichos sesenta mil reales, servirá íntegramente para la manutención y perpetuidad de dicha escuela, sin que tenga desfalco ni se le pueda hacer inversión con pretexto o motivo alguno...”

Recuerda Santiago Martínez, que los productos de las inversiones de los fondos destinados a la Fundación Escolar, deberán dedicarse única y exclusivamente y per saecula saeculorum al funcionamiento de dicha institución escolar.

Esta vocación de perpetuidad que se manifiesta en varias partes del documento, a la postre, no fue tal. Su hija Margarita Micaela fallece poco después del fallecimiento de su padre y consecuentemente queda Ana María como heredera universal de los bienes paternos. En 1810, ésta última, se casa con un hermanastro, por parte de padre, de Martín Larios Herreros, llamado Manuel Domingo Larios y Llera. De este matrimonio nacerá una hija, Margarita, que casará en 1831 con su tío carnal, el precitado Martín Larios. Como pudiera parecer un tanto confuso, veamos un gráfico que trata de aclararlo:

                                                        



Analizando un poco la imagen, podemos observar como Santiago Martínez y Pablo Larios eran consuegros, por haber casado una hija de Santiago y su segunda mujer, Ana María, con un hijo de Pablo y su primera mujer, Manuel Domingo. La hija de ambos, Margarita, nieta por tanto de Santiago y de Pablo, se casó con un hermanastro de su padre, Martín, titulado I Marqués de Larios.

Pues bien, habiendo fallecido Santiago en 1806, conocido su testamento, fallecida también su hija Margarita Micaela, y casada su otra hija Ana María Martínez Terry, inició en 1814 Manuel Domingo Larios y Llera, su marido, un expediente en el Juzgado Real Ordinario de la Real Chancillería de Granada, debido a algunos desfases que había encontrado en los documentos de la testamentaría (6).

Parece ser que el pleito se alargó, y consecuentemente al no poderse repartir la herencia, es probable que la institución escolar fundada por Santiago no pudiera mantenerse durante algunos años, porque hasta 1827 no se produce la cesión y el traspaso de la casa-escuela al pueblo de Laguna, una vez resuelto el concurso y división de los bienes relictos de Santiago Martínez. Esta cuestión la vimos con más detenimiento en aquel post que citábamos al principio (1). Lo cierto es que hasta 1826, no hay constancia de haberse contratado un maestro para la escuela (7).

Recordemos que una vez puesta en marcha la primera de las fundaciones escolares de José de la Cámara y Moreno (8), éste compró varias propiedades: “una casa en ruinas” (9), “una casa de habitación y trascorral” (10) y “una casa y sala escuela” (11) que compró al Ayuntamiento, para añadirlas a su Fundación Escolar. En esta última escritura, se copia otra de 1827 (12), y es en esta donde Francisco Escolar, “El Bienhechor”, compra y dona la escuela que previamente había comprado del concurso de los bienes relictos de su tío Santiago Martínez de Tejada y de la Cámara, para el pueblo de Laguna (1).

Pero continuemos con el testamento. “... y en el caso de que por el fallecimiento de un maestro esté el pueblo sin este auxilio, o porque se vaya el que haya, todos los rendimientos que en la vacante se puedan juntar serán para el maestro que entre a ocupar la plaza;”.

... y para que haya personas que lo nombren (al maestro) buscando el más benemérito, apto y capaz y que cuide de la perpetuidad de este establecimiento y del mejor arreglo y utilidad de la enseñanza, nombro por patrono de sangre al expresado mi hermano Don José Martínez de Texada y por su falta a sus hijos y descendientes legítimos y no habiéndolos, a sus herederos, prefiriendo siempre el mayor a el menor y el varón a la hembra;”

... dando poder y facultad cumplida a el último de los llamados (patronos de sangre) para que no teniendo sucesión pueda elegir como tal patrono a el que tenga por conveniente de su familia, privilegiando siempre a la linea paterna a la materna.”

También nombro como tales patronos de dicha Fundación a los alcaldes y curas que de presente son y en adelante fueren del expresado mi pueblo.”

Todos los dichos compatronos han de nombrar a pluralidad de votos al maestro que deba entrar en dicha plaza de enseñanza, cuidar de ésta y de la perpetuidad de esta fundación, su capitalidad y pago de réditos y también de que el maestro tenga la escuela para que todos aprendan de balde, sin estipendio, pensión ni cargo alguno, y que asista a ella todos los días de trabajo por mañana y tarde, no faltando a todas las demás obligaciones que son anejas a aquel cargo y en el caso de que sean iguales los votos de los compatronos y estén divididos de por mitad en dos bandos para la elección u otro cualquiera punto que ocurra, se deberá estar y pasar por lo que diga el bando o partido del Patrono de Sangre, sin repugnancias y en el no no esperado caso de que no haya maestro que quiera establecerse y dar escuela en el pueblo por solo el estipendio que produzca dichos cuatro mil pesos faculto a los citados patronos para que le permitan algún otro arbitrio o contribución de los niños más pudientes del pueblo o forasteros para que con este subsidio pueda permanecer y sostenerse con decencia en cuyos términos y con las expresadas cualidades y circunstancias dejo dotada la referida escuela, prohibiendo absolutamente la enajenación de su capital e inversión de lo que reditúe en otros fines por ser así mi última y determinada voluntad”.

En estas cláusulas se nombra un Patronato, conformado por patronos de sangre (su hermano José y sus descendientes) junto a los alcaldes y curas que en su momento vivan en el pueblo y las funciones que debe cumplir dicho patronato, entre ellas la de la elección de maestro.

Esta parte del testamento, en la que se dan instrucciones a los albaceas para instituir con voluntad de perpetuidad una Fundación Escolar, es el primer intento decimonónico de fundación escolar que se produce en Laguna de Cameros. Por otro lado, parece ser que esta fundación tuvo que ser en su momento algo muy significativo e importante en la vida de su fundador, considerando el extenso tratamiento que le dedica en su última voluntad.

Continúa el documento, nombrado una cuidadora para sus hijas, así como un curador ad bona, es decir un tutor durante su minoría de edad, un curador ad litem, encargado de hacer almoneda pública de sus enseres personales, y unos apoderados testamentarios que se encargarán de pagar y cobrar las deudas del finado, así como de hacer inversiones prudentes de los caudales legados para beneficio de sus herederas. Finaliza, nombrando albaceas y nombrando a sus dos hijas, herederas universales. Es decir, como se ve, toda una serie de medidas precautorias encaminadas a proteger a las hijas hasta su mayoría de edad. Termina el testamento con algunas coletillas menos significativas para nuestro estudio.

Y hasta aquí el testamento de Santiago Martínez de Tejada y de La Cámara, en el que como hemos podido comprobar, se instituye formal y documentalmente, por primera vez, una Fundación Escolar gratuita de primeras letras, en Laguna de Cameros.

Hablábamos al comienzo, de dos aportaciones, pero dado que este post quizás se está haciendo demasiado largo, dejaremos para un poco más adelante la segunda aportación referente a José de la Cámara y Moreno. Hasta el próximo post.

  1. https://micamerosviejo.blogspot.com/2020/03/el-bienhechor.html

  2. AHDL. “Partida sacramental de bautismo”. Libro III de bautizados (1735-1801). Parroquia de Laguna de Cameros.

  3. AHPMAL. “Testamento de Don Santiago Martínez de Tejada”. Protocolo nº 3637/354-365. Fecha: 10/7/1806. Escribano: Joseph Gordon Gómez, escribano de número de la Ciudad de Málaga. Este documento va a ser la piedra angular de este post, pero para no ser repetitivo haciendo continuas referencias al mismo, cada vez que se utilice la letra cursiva entrecomillada, se ha de entender que me refiero a él.

  4. AHDMAL. “Partida sacramental de defunción”. Legajo 527, libro III de difuntos, folio 159 vto. Parroquia del Sagrario de Málaga.

  5. Muñoz Martín, M. “Familias malagueñas del siglo XIX para recordar”. Vol. I y II. Málaga. 2006. Págs. 635-638 (Vol. II).

  6. AHPMAL. “Expediente”. Protocolo nº 3830/216-244. Fecha: 12/8/1815. Escribano: Juan de Sierra, escribano de nº de la Ciudad de Málaga.

  7. AHPLR. “Nombramiento de maestro a José Bujanda”. Protocolo Notarial, sig. 7188. Notario: José Herreros de Tejada (Laguna de Cameros). Fecha: 10/11/1826. Este documento se analiza en el siguiente post: https://micamerosviejo.blogspot.com/2020/02/maestro-de-primeras-letras.html.

  8. AHPLR. Escritura de Fundación de una escuela gratuita de Instrucción Primaria Elemental de ambos sexos en Laguna de Cameros por José de la Cámara y Moreno”. Protocolo Notarial, sig. 7190. Notario: José Herreros de Tejada (Laguna de Cameros). Fecha: 24/7/1843. Esta escritura es analizada en el enlace siguiente: https://micamerosviejo.blogspot.com/2020/02/

  9. AHPLR. “Escritura de tasación, subasta y venta de una casa en ruina por 300 reales a favor de D. José de la Cámara”. La escritura se firma ante el escribano José Herreros de Tejada de Laguna de Cameros, en fecha 30/9/1843.

  10. AHPLR. “Escritura de compraventa de una casa habitación y un trascorral por 500 r. de María García a José de la Cámara para la escuela”. Protocolo Notarial. Sig. 7190. Escribano: José Herreros de Tejada (Laguna de Cameros). Fecha: 29/11/1843.

  11. AHPLR. Escritura de venta otorgada por el Ayuntamiento de esta Villa y Junta Inspectora de Escuelas de la propia de una casa y sala, en favor de D. José de la Cámara y Moreno, como fundador de la Escuela pía de esta de Laguna, por 1700 reales”. Protocolos Notariales, sig. 7190. Escribano: José Herreros de Tejada (Laguna de Cameros). Fecha: 8/10/1849.

  12. AHPMAL. “Escritura de cesión y traspaso de la casa de escuela propia de D. Francisco Escolar de esta vecindad otorgada en favor y beneficio de los niños y niñas de este pueblo”. Protocolo nº 7188/. Fecha: 1/12/1827. Escribano: José Herreros de Tejada. Laguna de Cameros.

Leyenda:

AHPMAL. Archivo Histórico Provincial de Málaga.

AHDMAL. Archivo Histórico Diocesano de Málaga.

AHPLR. Archivo Histórico Provincial de La Rioja.

AHDL. Archivo Histórico Diocesano de Logroño.